Gonzalez Dubox, Raúl Eduardo


Estudiante de Antropología. Facultad de Ciencias Naturales y museo. UNLP. Guia del Museo de La Plata. Guía Interprete de la Reserva natural integral de Punta Lara (Prov. Bs.As.). Dibujante aficionado.

Ruiz Díaz, Jerónimo


Estudiante de Biología. Facultad de Ciencias Naturales y museo. UNLP. Fotografo aficionado. Completamente enamorado de la naturaleza!!!

martes, 9 de marzo de 2010

Noche en los vagones en la estación de Basavilbaso (Provincia de Entre Ríos).





Nuestra comida de esa noche fue un salteado que contenía los siguientes ingredientes: garbanzos, cebolla, atún y los infaltables condimentos. Por supuesto, sal a gusto!!!
Y mientras armábamos la cena y parte del equipo, para el viaje en tren hacia misiones disfrutábamos de una cerveza bien fría!!! Un gustito, pero con sabor a algo mas…. una ceremonia de agradecimiento a la buena ventura (estar vivo y disfrutar de cada momento al máximo) y a la reflexión que los hechos que venían sucediéndonos nos replanteaban el viaje continuamente… y movilizaban cosas internamente en cada uno de nosotros, era mas que un desafió técnico, mas que el deporte en si… Nuestra planificación, la logística y todo lo que supusimos y estábamos convencidos de que era firme, esas estructuras que te armas… se vino al tacho en minutos cuando recién empezábamos el viaje, eso nos hizo dar un giro rotundo a todo, inclusive en nuestra percepción de las cosas (HAKUNA MATATA) Ese momento fue un poco eso…

Los cuerpos cansados pedían tregua y el tren se hizo esperar hasta el próximo día.. Así que el descanso del guerrero seria en el suelo de la estación o en unos vagones que estaban parados (polvo, mugre y algunas arañas poblaban el lugar) hace tiempo parece… pero que luego de una breve incursión/exploración a los vagones, estos parecían de lo mas cómodos en comparación con el piso de la estación. Teníamos para elegir asientos a discreción y por supuesto eran mas mullidos que el suelo frió… el panorama era el siguiente para un lado de las vías la estación de Basabilbaso, para el otro la continuación del pueblo y casas de familia a no menos de 100 mts. En la estación los cuidadores, que al parecer no se percataron de nuestra misión (dormir en los vagones) tomaban mates y charlaban. Igualmente el sigilo con el que entramos a los vagones que no era el de un espía ruso pero que no llamo tanto la atención nos permitió acomodarnos sin tanto alboroto. Ya estaba todo listo, bicis en lo que era el fuelle del vagón, las alforjas con el equipo en unos asientos cercanos, nosotros con las piernas extendidas en asientos dobles… creo que me acostumbre tanto al suelo, en el transcurso de los días, que al cabo de una hora estaba ya tirado en el suelo con mi bolsa de dormir, jajajaja!!! Pero a Raúl se lo veía placidamente dormido en los asientos. Fue una noche sin sobresaltos, se sentía un poco de calor y algún que otro mosquito que revolteaba nuestros oídos zumbándonos, pero no mas de eso. La noche estrellada y la tranquilidad de un pueblo, te hacen bajar la guardia permanente que llevas en la gran ciudad.

Los rayitos de luz empezaban a asomar, nos esperaba un largo tirón hasta misiones todavía. Luego de un desayuno con mates y galletas, la exploración de la estación y la lectura de algún libro. Nos preparamos para recibir al Gran Capitán, la gente empezó a llegar, ya se palpitaba la llegada del tren, los vendedores ambulantes llegaban con sus viandas, la gente que vendía gaseosas, etc. Todos esperando con emoción, los hijos de los vendedores contentos jugaban por los alrededores. En cada columna una vuelta y una sonrisa se veían. Y por fin se sintió el bocinazo del tren…